25 noviembre 2008

Es porque estoy de buen humor

Recuerdo que por aquellos tiempos (y no, no quiero decir por aquel tiempo, fueron tantos que me es difícil establecerlos con certeza) despertaba con unas terribles nauseas, combinadas con un hambre devoradora, la sensación irónica del querer vomitar de hambre. Sí, aquellos tiempos en los que pensaba que un ser crecía inevitable y estorbosamente en mi cuerpo. Se me ocurría la forma del parásito, quien me exigía grandes cantidades de grasas, chocolates y todas esas porquerías deliciosas; caía irremediablemente en una espiral de antojos sin sentido, sin remordimiento los ingería planeando la forma de extirpar al pequeño provocador.

Así fue como un día decidí tomar aquel tesito, por las tardes me convertí en británica, por el momento me sentía tan sofisticada, cómo la forma particular que tienen de decir palabras completas, en lugar de abreviar todo; sí, era una burguesa consumada, tomando decisiones idotas, con mucha crema en el té (y no en los tacos, eso es para nacos).

Aunado al oficio del té: pastillas para bajar de peso, pastillas para el malestar estomacal, pastillas para un cutis terso... en fin, la farmacia entera entrando a mi cuerpo con una buena dosis de cafeína, delicia de los dioses (de aquellos que pusieron la mota y el peyote en la tierra). Extrañamente cada día amanecía un dolor nuevo y por ello recordaba al parásito insufrible, seguro no entendía el mensaje.

Siempre quise decirle que no debía aferrarse a venir a este mundo tan loco, inseguro y con tanta gente, ahora menos con esto de los narcos, pero parecía tan obstinado en su idea de seguir creciendo. Demonios, qué hacer con alguien así ¿cómo tratarlo? Pues simple, despedirlo para siempre, de una vez por todas, al fin que en el cielo hay mucho lugar (y seguro trabajo también), aquí estamos sobrepoblados y en proceso de exterminio.

2 comentarios:

  1. ¡Qué fuerte! Todo un momento kodak, lo imagino:
    La vieja con cara de angustia, echada -probablemente frente a la tele, viendo películas de amor o las noticias- masticando alguna chuchería, con una taza de té misterioso en una mano.

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